martes, 5 de noviembre de 2013

Imágenes modernas que se desvanecen


Imágenes modernas que se desvanecen 


 "la imagen es la realidad del mundo invisible"
José Lezama Lima

Al momento de plantearse realizar un trabajo como este surgen muchas interrogantes, las posibilidades de elección son casi infinitas, la fotografía ofrece muchos caminos sobre los cuales disertar, sobre todo si la miramos como algo que va más allá del registro de un objeto concreto en un tiempo determinado. 

Entonces, la miramos como discurso, como esa declaración visual que tiene un lenguaje propio y se expresa como una totalidad que difícilmente puede apreciarse como una expresión artística si sólo observamos sus partes individualmente. 

Dentro de este esta premisa se sustenta la elección de  la serie City of Shandows (1992-1994) de Alexei Titarenko como  tema central de estudio. Sobre el autor, nace en Leningrado, Rusia, en 1962, estudió en el departamento de cine y el de arte fotográfico en la Universidad de Leningrado. De su obra se pueden mencionar las series City of Shandows (1992-1994) "Saint-Petersburg - Révélations Tardives" (2010), y "Saint Petersburg – Shadows into Light" (2006). En el aspecto técnico se caracteriza por trabajar en espacios urbanos muy poblados, el uso del blanco y negro y las largas exposiciones.


Primera aproximación a la imagen


La primera aproximación a la imagen, si bien es cierto que se inicia a través de un mecanismo fisiológico de percepción, pasa por colocar en segundo plano este proceso que en la mayoría de los casos sucede de forma inconsciente. Es decir, miramos, oímos, palpamos, degustamos u olemos de forma natural. Nunca nos detenemos, salvo algunos situaciones inducidas, a analizar los procesos físicos o químicos que permiten completar estos actos irreflexivos.


Dejando de lado estas consideraciones puramente físicas, es válido cuestionarmos sobre lo que sucede cuando estamos en presencia de una obra artística. En estos casos la contemplación nos remite imágenes que van más allá del utilitarismo que solemos dar a las percepciones fisiológicas. Estas imágenes se cuelan a través del tamiz de las emociones y se funden con el vasto horizonte de experiencias vividas. En consecuencia, exaltan las emociones y se constituyen en mecanismos de creación de nuevas realidades a partir de realidades existentes.


City of Shandows (1992-1994)














Las fotografías que se muestran arriba pertenecen al fotógrafo Ruso Alexey Titarenko, forman parte de su serie titulada City of Shandows (1992-1994). Al enfrentarnos con esta muestra, las imágenes repercuten en el receptor y se obtienen diferentes reacciones, que varían de acuerdo a consideraciones de índole pragmáticas. Estas fotografías se les mostraron a 10 personas y se les solicitó que dijeran las tres primeras palabras que vinieran a su mente luego de mirarlas. Los resultados fueron heterogéneos.  Sin embargo, es importante la cantidad de palabras comunes encontradas: Oscuridad, misterio, tiempo, pasado, sombras, fantasmas, dolor, frío y melancolía. También destacan aquellas otras que fueron mencionado una sola vez: Sucio, realidad, vida, hambre, mercado.

Es importante dejar en claro, que este experimento no pretende obtener resultados científicos, ni siquiera estadísticos, pues para ello haría falta una concepción metodológica que no fue contemplada y que poco aportaría a esta reflexión. La finalidad de este juego es mostrar someramente la gran cantidad de repercusiones que una imagen puede tener en una persona. Tampoco hay respuestas "buenas"o "malas" pues eso sería juzgar arbitrariamente el encuentro personalisimo de cada espectador frente a la experiencia estética.

En lo personal, el primer acercamiento que tuve con esta serie de Titarenko me llevó a hacer consideraciones de índole temporal. El tiempo se me antojó como el hilo conector entre todas las fotografías, un  tiempo infinito; un tiempo melancólico. Una aproximación que de manera inconsciente está guiada por mis intereses circunstanciales, por aquellos tópicos que en este "ahora" determinan mi contemplación artística.



Cabe la pena acotar que la epifanía artística con frecuencia se ve modificada cuando se contempla una misma obra por un mismo individuo en situaciones distintas. Resulta común volver a leer un poema o una novela en distintas épocas y percibir otras imágenes, diferentes sensaciones, experimentar nuevas emociones a partir de una creación única, inamovible en su propuesta sintáctica y semántica. 


La música como texto


Por regla general las imágenes se abordan a través del sentido de la vista. No obstante, se puede acceder a ella a través de cualquiera de los sentidos, por ejemplo el oído. En este sentido, la  música es el mejor referente. abajo se ha insertado un video con el 2° movimiento de la sonata para piano N° 7 de Ludwing Van Beethoven. Sobre el autor: Ludwing Van Bethoveen nació en Bonn, Alemania en 1770. Fue un compositor, Director de orquesta y pianista. Enmarcado dentro del clasicismo vienes su música, con una fuerte corriente del romanticismo  influyó de manera importante en la música de siglos posteriores. En su haber se cuentas diferentes sinfonías,  obras para piano y música de cámara. 


Sonata para piano N° 7 de Ludwing Van Beethoven




Las imágenes a las que remite, igual que en el trabajo de Titarenko, son  variadas. Se realizó el mismo ejercicio a 10 personas distintas y los resultados mas comunes fueron tristeza, melancolía, dolor, cultura. Por el contrario, se registraron como respuestas únicas: mar, tranquilidad, luna.

Como se puede  observar hay similitudes entre las respuestas obtenidas. Para quien escribe, es innegable los paralelismo que pueden hacerse entre las dos expresiones artísticas mostradas, no estamos hablando de la totalidad de la obra de ambos artistas, sólo de estas piezas en particular. En este sentido, al mirar ambas propuestas como texto discursivo resalta la autoreflexividad de cada propuesta

Así, queda en evidencia que una aproximación a la imagen sólo es posible a través de múltiples enfoques, un todo orgánico condicionado por diferentes disciplinas que van desde la teoría más pura hasta la pragmática, la semiótica, la antropología y sobre todo el horizonte de expectativas del receptor.


Consideraciones de orden teórico


Ya se ha dejado en claro la dimensión fisiológica y sensitiva que intervienen en la percepción de una imagen. En el ensayo Leer Imágenes de María Fernanda Palacios  la autora asegura que "Leer imágenes requiere que abramos campo consciente a un lector segundo en nosotros, relacionado con nuestro cuerpo psicofísico; que lea por nosotros la imagen misma, o que esta resuene, haga eco en nuestro psiquismo corporal". Sin embargo, hay variables que inciden directamente en la forma en que se da esta percepción, una de ellas se relaciona con la intención comunicativa del artista, no debemos entender esto como un conjunto de signos que pretenden "informar" pues en este caso sería discutible hablar de objeto de contemplación artística. Por el contrario me refiero a aquellos aspectos formales que pretenden mostrar aspectos menos concretos: como pueden ser la manifestación de un sentimiento o de un estado anímico a partir de materiales concretos. Para Octavio Paz "Nada prohíbe considerar poemas las obras plásticas y musicales, a condición de que cumplan las dos notas señaladas: por una parte, regresar sus materiales a lo que son —materia resplandeciente u opaca— y así negarse al mundo de la utilidad; por la otra, transformarse en imágenes y de este modo convertirse en una forma peculiar de la comunicación. p.7. (Poesía y Poeta. El Arco y la Lira)

La mirada sobre el trabajo de Titarenko remite a una concepción temporal  y su afección en estrecha relación con la modernidad, entendiendo ésta última, de acuerdo con los postulados de Marshall Berman, como una unidad de desunión, un estado de permanente desintegración. Es decir, alude al hecho de que absolutamente todo es percibido como cambiante. Esta última afirmación entra en sintonía con el discurso del fotógrafo,  pues la experiencia moderna del desvanecimiento de todo lo sólido se muestra claramente en City of shadows.

Pero, ¿Cómo se muestra este "desvanecimiento" en las fotografías? En primer lugar a través de la construcción de un discurso como una declaración visual que espacializa y temporaliza la percepción. El uso del blanco y negro, así como la larga exposición logran que esa dimensión tiempo-espacio remita a "pasados". Tal como se indicó, esta serie fue realizada en la década de los noventa. Sin embargo, la percepción que se obtiene al momento de la contemplación es que son tomas de décadas anteriores. 


Es necesario dejar en claro que cuando se habla de la  percepción que se originan en las imágenes  de Titarenko, estamos ante una consideración que no es absoluta, aunque sí bastante común entre los espectadores.


El dialogo que se produce entre esta serie de Titarenko y la pieza musical de Bethoveen pasa esencialmente por la percepciones que producen, sobre todo en el aspecto temporal. Deleuze asegura que "La música: un poco de tiempo en estado puro, una brizna de intensidad absoluta" y en caso de Bethoveen el tiempo parece haberse detenido.

Entonces, si asumimos que  este juego con el eje temporal  con las sombras que producen "esos fantasmas" que crea Titarenko evovan percepciones, estas se se convierten el algo más, se transforman en perceptos. Para Deluze y Guatarí   los perceptos ya no son percepciones, son independientes de un estado de quienes los experimentan "desbordan la fuerza de aquellos que pasan por ellos ... y exceden cualquier vivencia".



        

jueves, 30 de mayo de 2013

Armonía-Contraste


Contraste ajeno



Fotógrafo: Yoseline Días. Autoretrato (2012)


La transparencia es el elemento predominante en esta fotografía. La artista utiliza un formato cuadrado y emplea el reflejo como parte importante de su composición. Se aprecia profundidad y asimetría en un encuadre bastante equilibrado. Estos aspectos nos hacen suponer,con bastante acierto,  que estamos frente a una fotografía de contraste. Sin embargo, hay un agente adicional que es clave para confirmarlo: Complejidad. Los ojos del sujeto se constituyen en un punto de anclaje importante, la mirada hacia la derecha parece una alusión a la autoreflexividad o quizás a la evocación. Para Susan Sontag "Las fotografías que en sí mismas no explican nada, son inagotables invitaciones a la deducción, la especulación y la fantasía". Y este es un ejemplo claro de ello, pues sería en extremo reduccionista mirar en esta imagen únicamente a una persona que viaja en autobús.  


Armonía prestada



Esta fotografía de Gertrude Kasebier (1903) titulada Chupetas muestra una composición armónica. Es sencilla, plana y opaca. Aunque hay cierto grado de complejidad se aprecia unidad. Hay poca acción, es más bien pasiva, esto se nota en la mujer que se detiene a contemplar a los niños sentados en las escaleras. También se puede destacar la sutileza  al captar (intencionalmente) la iluminación sobre los niños. 


Contraste y armonía propio




Esta fotografía contiene elementos tanto armónicos como de contraste. Por un lado, es pasiva, pues no se aprecia ningún tipo de movimiento, es opaca pues todos los elementos son nítidos. No obstante hay dos agentes del proceso de comunicación visual que destacan y que me llevan a catalogarla como de contraste: La profundidad y la tensión que producen los diagonales.  




Estamos en presencia de una fotografía donde la actividad de los sujetos fotografiados copa la escena y aunque este es un elemento de composición de contraste, hay que destacar que  el resto de los aspectos de la composición: horizontal, simétrica, opaca, plana y sencilla permiten asegurar que es una composición armónica.

lunes, 27 de mayo de 2013

Primeras aproximaciones a la imagen




Primeras aproximaciones a la imagen


 "la imagen es la realidad del mundo invisible"
José Lezama Lima











La primera aproximación a la imagen, si bien es cierto que se inicia a través de un mecanismo fisiológico de percepción, pasa por colocar en segundo plano este proceso que en la mayoría de los casos sucede de forma inconsciente. Es decir, miramos, oímos, palpamos, degustamos u olemos de forma natural. Nunca nos detenemos, salvo algunos situaciones inducidas, a analizar los procesos físicos o químicos que permiten completar estos actos irreflexivos.



Dejando de lado estas consideraciones puramente físicas, es válido cuestionarmos sobre lo que sucede cuando estamos en presencia de una obra artística. En estos casos la contemplación nos remite imágenes que van más allá del utilitarismo que solemos dar a las percepciones fisiológicas. Estas imágenes se cuelan a través del tamiz de las emociones y se funden con el vasto horizonte de experiencias vividas. En consecuencia, exaltan las emociones y se constituyen en mecanismos de creación de nuevas realidades a partir de realidades existentes.

Las fotografías que se muestran arriba pertenecen al fotógrafo Ruso Alexey Titarenko, forman parte de su serie titulada City of Shandows (1992-1994). Al enfrentarnos con esta muestra, las imágenes repercuten en el receptor y se obtienen diferentes reacciones, que varían de acuerdo a consideraciones de índole pragmáticas. Estas fotografías se les mostraron a 10 personas y se les solicitó que dijeran las tres primeras palabras que vinieran a su mente luego de mirarlas. Los resultados fueron heterogéneos.  Sin embargo, es importante la cantidad de palabras comunes encontradas: Oscuridad, misterio, tiempo, pasado, sombras, fantasmas, dolor, frío y melancolía. También destacan aquellas otras que fueron mencionado una sola vez: Sucio, realidad, vida, hambre, mercado.

Es importante dejar en claro, que este experimento no pretende obtener resultados científicos, ni siquiera estadísticos, pues para ello haría falta una concepción metodológica que no fue contemplada y que poco aportaría a esta reflexión. La finalidad de este juego es mostrar someramente la gran cantidad de repercusiones que una imagen puede tener en una persona. Tampoco hay respuestas "buenas"o "malas" pues eso sería juzgar arbitrariamente el encuentro personalisimo de cada espectador frente a la experiencia estética.

En lo personal, el primer acercamiento que tuve con esta serie de Titarenko me llevó a hacer consideraciones de índole temporal. El tiempo se me antojó como el hilo conector entre todas las fotografías, un  tiempo infinito; un tiempo melancólico. Una aproximación que de manera inconsciente está guiada por mis intereses circunstanciales, por aquellos tópicos que en este "ahora" determinan mi contemplación artística.

Cabe la pena acotar que la epifanía artística con frecuencia se ve modificada cuando se contempla una misma obra por un mismo individuo en situaciones distintas. Resulta común volver a leer un poema o una novela en distintas épocas y percibir otras imágenes, diferentes sensaciones, experimentar nuevas emociones a partir de una creación única, inamovible en su propuesta sintáctica y semántica. 

Por regla general las imágenes se abordan a través del sentido de la vista. No obstante, se puede acceder a ella a través de cualquiera de los sentidos, por ejemplo el oído. En este sentido, la  música es el mejor referente. Arriba se ha insertado un video con el 2° movimiento de la sonata para piano N° 7 de Ludwing Van Beethoven. Las imágenes a las que remite, igual que en el trabajo de Titarenko, son  variadas. Se realizó el mismo ejercicio a 10 personas distintas y los resultados mas comunes fueron tristeza, melancolía, dolor, cultura. Por el contrario, se registraron como respuestas únicas: mar, tranquilidad, luna.

Como se puede  observar hay similitudes entre las respuestas obtenidas. Para quien escribe, es innegable los paralelismo que pueden hacerse entre las dos expresiones artísticas mostradas, no estamos hablando de la totalidad de la obra de ambos artistas, sólo de estas piezas en particular. En este sentido, al mirar ambas propuestas como texto discursivo resalta la autoreflexividad de cada propuesta

Así, queda en evidencia que una aproximación a la imagen sólo es posible a través de múltiples enfoques, un todo orgánico condicionado por diferentes disciplinas que van desde la teoría más pura hasta la pragmática, la semiótica, la antropología y sobre todo el horizonte de expectativas del receptor.

Ya se ha dejado en claro la dimensión fisiológica y sensitiva que intervienen en la percepción de una imagen. En el ensayo Leer Imágenes de María Fernanda Palacios  la autora asegura que "Leer imágenes requiere que abramos campo consciente a un lector segundo en nosotros, relacionado con nuestro cuerpo psicofísico; que lea por nosotros la imagen misma, o que esta resuene, haga eco en nuestro psiquismo corporal". Sin embargo, hay variables que inciden directamente en la forma en que se da esta percepción, una de ellas se relaciona con la intención comunicativa del artista, no debemos entender esto como un conjunto de signos que pretenden "informar" pues en este caso sería discutible hablar de objeto de contemplación artística. Por el contrario me refiero a aquellos aspectos formales que pretenden mostrar aspectos menos concretos: como pueden ser la manifestación de un sentimiento o de un estado anímico a partir de materiales concretos. Para Octavio Paz "Nada prohíbe considerar poemas las obras plásticas y musicales, a condición de que cumplan las dos notas señaladas: por una parte, regresar sus materiales a lo que son —materia resplandeciente u opaca— y así negarse al mundo de la utilidad; por la otra, transformarse en imágenes y de este modo convertirse en una forma peculiar de la comunicación. p.7. (Poesía y Poeta. El Arco y la Lira)

     La mirada sobre el trabajo de Titarenko remite a una concepción temporal  y su afección en estrecha relación con la modernidad, entendiendo ésta última, de acuerdo con los postulados de Marshall Berman, como una unidad de desunión, un estado de permanente desintegración. Es decir, alude al hecho de que absolutamente todo es percibido como cambiante. Esta última afirmación entra en sintonía con el discurso del fotógrafo,  pues la experiencia moderna del desvanecimiento de todo lo sólido se muestra claramente en City of shadows.

     Pero, ¿Cómo se muestra este "desvanecimiento" en las fotografías? En primer lugar a través de la construcción de un discurso como una declaración visual que espacializa y temporaliza la percepción. El uso del blanco y negro, así como la larga exposición logran que esa dimensión tiempo-espacio remita a "pasados". Tal como se indicó, esta serie fue realizada en la década de los noventa. Sin embargo, la percepción que se obtiene al momento de la contemplación es que son tomas de décadas anteriores. 

       Es necesario dejar en claro que cuando se habla de la  percepción que se originan en las imágenes  de Titarenko, estamos ante una consideración que no es absoluta, aunque sí bastante común entre los espectadores.

       Entonces, si asumimos que  este juego con el eje temporal  con las sombras que producen "esos fantasmas" que crea Titarenko evovan percepciones, estas se se convierten el algo más, se transforman en perceptos. Para Deluze y Guatarí   los perceptos ya no son percepciones, son independientes de un estado de quienes los experimentan "desbordan la fuerza de aquellos que pasan por ellos ... y exceden cualquier vivencia".

      El dialogo que se produce entre esta serie de Titarenko y la pieza musical de Bethoveen pasa esencialmente por la percepciones que producen, sobre todo en el aspecto temporal. Deleuze asegura que "La música: un poco de tiempo en estado puro, una brizna de intensidad absoluta" y en caso de Bethoveen el tiempo parece haberse detenido.