Contraste ajeno
Esta fotografía de Gertrude Kasebier (1903) titulada Chupetas muestra una composición armónica. Es sencilla, plana y opaca. Aunque hay cierto grado de complejidad se aprecia unidad. Hay poca acción, es más bien pasiva, esto se nota en la mujer que se detiene a contemplar a los niños sentados en las escaleras. También se puede destacar la sutileza al captar (intencionalmente) la iluminación sobre los niños.
Contraste y armonía propio
Esta fotografía contiene elementos tanto armónicos como de contraste. Por un lado, es pasiva, pues no se aprecia ningún tipo de movimiento, es opaca pues todos los elementos son nítidos. No obstante hay dos agentes del proceso de comunicación visual que destacan y que me llevan a catalogarla como de contraste: La profundidad y la tensión que producen los diagonales.
Estamos en presencia de una fotografía donde la actividad de los sujetos fotografiados copa la escena y aunque este es un elemento de composición de contraste, hay que destacar que el resto de los aspectos de la composición: horizontal, simétrica, opaca, plana y sencilla permiten asegurar que es una composición armónica.
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